La agenda de Proantioquia en las regiones inició en el Suroeste antioqueño, territorio insignia por sus montañas, ubicación estratégica y decidida vocación agrícola y ecológica. Esta subregión es un símbolo de la prosperidad cafetera que dio origen a la clase media rural colombiana y de la tradición cultural, representada en las letras de Manuel Mejía Vallejo y muchos más. Hoy, el Suroeste emerge de la mano de nuevos renglones productivos como el aguacate, los cítricos, el turismo de naturaleza y la regeneración. Es el lugar donde se encuentran la historia y las oportunidades de futuro.

El Suroeste antioqueño es vital para la conexión de Colombia. Entre sus montañas están las vías 4G, que juntas suman 293 kilómetros –Pacífico 1, 2 y 3 – y suponen una inversión (2023) cercana a los 8,3 billones de pesos. Conectan el norte del país, Eje Cafetero, Valle del Cauca, Buenaventura y Antioquia. Son infraestructuras para el desarrollo que unen el Suroccidente con el Caribe, corredores estratégicos para la competitividad y la internacionalización.

Conocimos en detalle el estado de estas vías, especialmente de Pacífico 1 y 2. Las obras de Pacífico 1 van en un 96% de ejecución por parte del concesionario. Podría pensarse que a falta de solo un 4%, la vía está lista. Sin embargo, las 4G son inútiles si este 4% restante no está terminado. Adicionalmente, dos tramos que están a cargo del Invias y que son vitales para la operación del proyecto, no avanzan al ritmo requerido. El faltante es de 1,2 billones.

Con casi 8 años de construcción, las 4G que pasan por Antioquia siguen siendo un sueño, porque las vías, como medio para el desarrollo, solo existen cuando entran a operar en su totalidad.

Estamos en medio de un nudo difícil de resolver: el Gobierno Nacional no dispuso en su priorización recursos para la terminación de estas vías, que no son vías de o para Antioquia, sino la conexión que Colombia necesita para desarrollar sus territorios.

Pensemos en otras alternativas para que este proyecto de país llegue a buen puerto. Antioquia tiene experiencia probada en la gestión y administración de proyectos como el Túnel de Oriente, la vía a Occidente y la doble calzada Bello-Hatillo-Barbosa. ¿Y si el Gobierno Nacional le entrega la gestión de los tramos faltantes al Departamento para que este consiga la financiación compensada vía operación y valorización? También existe la posibilidad de prorrogar las concesiones a cambio de que estas asuman el valor de la terminación de las vías o a través de la concurrencia de recursos. Cualquiera de estas alternativas le disminuiría al Gobierno presión presupuestal, al tiempo que permitiría el avance de las obras. Confiar en las regiones para impulsar la conectividad de todo el país.

Que el mapa administrativo y político de Colombia no sea una excusa para dividirnos, las posibilidades del desarrollo del país pasan por la potencia de sus territorios.

*Presidenta Ejecutiva Proantioquia